Sudando agua de coco

Luego de grabar un reciente episodio del podcast con Alana Marrero, (BTW, escúchalo, que está bueno) decidí intentar algo nuevo y llevo alrededor de una semana alimentando mis corridas con agua de coco, en vez de con los gator-power-GU-ñoña de la vida. “¿Y poL ké?”, preguntará Mamerto… “¿Por qué no?”, le contestaré yo…

Hay una recomendación muy común de que si te ejercitas por menos de ~60 minutos* tu cuerpo no necesita mucho más que agua. Si es más de ~60 minutos, pues ya necesitas prestar atención a reponer fluidos con otras cosas. (*Puede ser más, puede ser menos. Es solo una guía.)

Pero ese no es mi caso. Yo sudo excesivamente. Aunque sea una corrida relativamente corta, lo que sale por mis poros es caldo de pollo con manteca Crisco. Soy Patrick Ewing en la línea de tiro libre en el cuarto parcial. Soy el piloto de la película Airplane! haciendo el aterrizaje de emergencia. Sudo más que A-Rod cuando J.Lo le chequeó los mensajes de texto. La foto de la gorra fue tomada minutos después de una corrida de poco más de una hora. Y no estaba en las salinas de Cabo Rojo. Yo me tengo que bañar con un cepillo de alambre, pero eso tema para otro momento.

En mi caso he encontrado que el agua de coco me ha funcionado de manera positiva. Al principio sentí que tenía un sabor algo fuerte y decidí diluirla un poco. Ahora la diluyo a una proporción de 3:1, con agua normal, y se me hace mucho más fácil de digerir. Siempre hay un paparazzo allá afuera, y yo que no soy fotogénico lo menos que quiero es ir por ahí arresmilla’o después de cada sorbo.

Llevo haciendo esto hace varios días. Hoy corrí casi ocho millas a un ritmo relativamente constante, y en mi bati cinturón solo llevé mi spray repelente de tiburones y mi agüita de coco. No sentí necesitar más, durante o después.

Hablando de hidratación, ¿cuánto necesitas reponer? Es algo muy individual. No hay una fórmula mágica. Pero el sweat rate test (o “la prueba del esnú”, como se conoce en Bayamón) es un buen punto de partida. Chequea el Episodio 11.0 de la temporada 2 (25 de julio del 2020) donde comparto algo sobre eso. Pero la esencia es: Planifica una corrida de una hora. Pésate completamente desnuda/o justo antes de correr y anota tu peso. Tan pronto termines, pésate completamente desnuda/o otra vez. La diferencia en peso es justo lo que perdiste en sudor/fluidos en una hora. ¿Perdiste 1 libra en una hora? Pues perdiste 16 onzas en esa hora. Ese es el punto de partida para planificar tu hidratación.

Cuando saliste a correr, ¿tomaste algo? Trata de medir cuánto ingeriste y/o cuánto te queda en la botella al final para que lo añadas a tu matemática.

¿No puedes planificar una corrida de una hora? Planifica una de 30 minutos. Multiplica el resultado por dos para que tengas una aproximación de lo que sería en una hora.

La prueba del esnú te puede dar información valiosa con un mínimo de esfuerzo. Yo recomiendo hacerla por lo menos al principio de cada estación del año (por el cambio de clima) o si vas a estar corriendo o entrenando en condiciones nuevas o distintas a tu rutina normal.

Hay muchos factores que juegan a la misma vez cuando intentamos tener una experiencia óptima allá afuera quemando las suelas. Este detalle de la hidratación es solo uno de muchos. Y lo que me funciona a mí no necesariamente te funciona a ti. (Si también sudas como yo escríbeme y creamos un grupo de apoyo.) Pero es un buen punto de partida y una buena receta para que vayas cocinando tu propia salsa secreta. Si es para mejorar, vale la pena intentar.

Dale. ¡Vete a correr!

- v.


Vergentino RoblesComentario