Una corta historia de amor... cardíaco.
Uno de los muchos numeritos que ofrecen (en este caso) aplicaciones como Strava es una medida y comparación de tu aptitud física (“Fitness”). Ellos sabrán qué detalles y factores usan para calcular esa medida en específico, pero en realidad no importa mucho. Es mayormente basado en información de tu ritmo cardíaco y cómo el mismo va cambiando y recuperándose con el tiempo.
Reconozco la importancia de los numeritos (¡gracias, sumerios!) pero también reconozco que los uso como una guía general y no como leyes estrictas escritas en piedra (como escribían los… ¡sumerios! 😳)
Después de una corrida reciente, y luego de haber hecho el Wordle de la semana, quise dedicarle unos minutos a “los numeritos” a ver qué tenían que decir. La medida de aptitud física mostraba un pequeño cambio positivo durante los pasados 30 días, lo que definitivamente me hizo sentir bien y hasta le di un high five al tipo del espejo. Durante el último mes he estado ejercitándome de manera constante y esta gráfica en particular de alguna manera confirmaba que el motor está funcionando como debe y que todos los tornillos y arandelas están en su sitio.
Cuando miré los cambios de aptitud física por los pasados dos años definitivamente me hizo sentir mejor, le di otro high five al tipo del espejo, bailé la Macarena y el Aserejé y quizás, tal vez, hice un poquito de twerking.
El cambio positivo, en particular durante los pasados seis meses, ha sido del cielo a la tierra. Y concuerda exactamente con el momento en que empecé a correr 3 y 4 veces por semana con un grupo local en el área donde vivo.
Hay varias moralejas. La de la tortuga y la liebre es buena. La de la zorra y la cigüeña es cute. Pero voy a inventar otra que resalte la importancia de la consistencia, la perseverancia y la paciencia.
No es raro que en el mundo del running los cambios positivos ocurren len… ta… men… te. Clichosamente paso a paso. Un buen plan de entrenamiento para un maratón toma varios meses. El tener una mala experiencia en una corrida o un mal día en un evento a veces no es mucho más que eso: solo un mal momento. Son tantos factores los que forman parte de la ecuación (¡más numeritos!) que tenemos que tener presente en todo momento la naturaleza de la velocidad en la que ocurren estos cambios.
Préstale atención a tu presente, pero reconoce la diferencia entre enfocarte en los números y ofuscarte con ellos. Antes de tomar decisiones importantes con algún entrenamiento, da un paso atrás (¡cliché!) y toma en cuenta esos cambios positivos que a lo mejor han venido ocurriendo desde hace algún tiempo.
La sabrosura de correr en grupo y de todos los beneficios que eso puede añadir a tu rutina es tema para otro momento.
¡Vete a correr!
- v.
El autor es cofundador de Mofongo Run Club, coanfitrión de Mofongo Run Podcast, entrenador certificado del Road Runners Club of America y usa el mismo champú que Joe Rogan.