En diciembre del 2017, tres meses después del Huracán María, llevaba dos años viviendo en NYC, y en mi viaje de navidades a Puerto Rico me quedé en la casa de mi abuela en Guayama, (lugar de mi crianza).

Mi familia ha vivido aquí desde los 1930’s o más. Lo cual le añade un alto valor del barrio en la vida de mi familia.

Comencé a correr de adulta y jamás hubiese pensado en correr esas calles hasta que llegó este momento.

Corrí como 4 millas por el barrio y fue una experiencia de reencontrarme con tantas memorias que ni recordaba tener.

Fue como “re-centrarme”, restablecer mis fundamentos y lo que es realmente importante para mi vida. Lo veía todo desde una nueva perspectiva (de dónde vengo, a dónde he llegado).

A ese día, recién había logrado mi primer maratón, y no me imaginaba los retos y momentos de felicidad que me esperarían luego.

Sí, suena cliché, pero es una experiencia que todos deberíamos tener aunque sea una vez en la vida.