Mofongo Run Club

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Achtung! Estoy entranando.

Hace sesenta y cinco segundos estaba en la ducha. De repente sentí la urgencia de salir corriendo a la computadora para escribir esto. (Si tengo ropa puesta o no, ese no es el punto).

Hace poco leí que hay alrededor de 1,000 maratones oficiales en todo el mundo cada año. (¡Incluyendo la Antártida! Hmmm, ¿lo incluyo en mi lista?) Eso es un montón de bagels y un montón de letrinas. De esos 1,000, actualmente hay solo seis que son considerados las más importantes. Los Abbott World Marathon Majors: Tokio, Boston, Londres, Berlín, Chicago y Nueva York.

Hace unos años no sabía nada de eso. Ni siquiera sabía qué era un 5K. ¿Un 10K? Pfft, pensaba que tenía que ver con la pureza del oro. ("¿Una carrera de 5 quilates? ¡Brutal!")

Eventualmente aprendí qué era un 5K. E hice uno. Y me enfiebré. No sabía mucho sobre el deporte ni cómo prepararme o cómo entrenar para otras distancias, pero sabía que quería hacer más. Y aprender más.

Y definitivamente aprendí. A la mala. Corrí mi primer maratón sin haber intentado correr un medio maratón. Mira qué lindo. De alguna manera encontré una pasión, pero estaba bregando con todo de la manera equivocada. No estaba creciendo desde adentro. Mi motivación venía de cosas externas. ¿Cuál era mi tiempo? ¿Cuál era mi posición? ¿Cómo me comparaba con los demás? Todo venía desde afuera.

Ya han pasado varios años y todavía estoy aprendiendo. Todos los días. Ya sea porque hay algo nuevo que aprender o porque hubo una lección que aprender después de un error estúpido. (Lo segundo es más frecuente que lo primero). Pero ahora también siento que estoy aprendiendo a tener una relación diferente con mi pasión.

Además del aprendizaje constante, incluso me encuentro educando a otros. ¿Cómo sucedió eso? Pasé de estar curioso sobre una carrera de 5 quilates a llegar a recomendar proporciones de run/walk a desconocidos.

A veces pienso en correr como una especie de herramienta multiuso... una llave especial. Algo que puedes usar para trabajar con una infinidad de cosas. Si los beneficios físicos son importantes, los mentales son aún mayores. ¿Sabes qué? Lo diré: Correr es mejor que el Vicks.

No hay nada de malo en querer mejorar tu tiempo anterior. No hay nada de malo en conocer tu posición general o cómo te comparas con el resto de tu grupo de edad. Lo importante es no hacer de eso el enfoque principal del esfuerzo en general.

Si te atas a resultados externos, inevitablemente vendrá la desesperación. Para tener éxito, de vez en cuando debes darte permiso para "fracasar". Y si no puedes aceptar esos "fracasos" honestamente, si no te permites sentirte vulnerable, el siguiente paso es probablemente la ira. La depresión. Aparece la Policía del Fraude. Todo se convierte en un ataque personal.

Y hice todo eso. (Y a veces todavía lo hago, porque todo esto no es más que un gran trabajo en progreso). Mi enfoque principal siempre fue alcanzar una medida externa. Y rara vez llegaba a ella. Y definitivamente no disfrutaba el proceso tanto como debía.

El entrenamiento para mi última carrera en Nueva York fue extenso. Varios meses de entrenamiento y preparación con un enfoque de rayo láser en lo que quería y cómo lo quería. Al final no cumplí mi meta externa y de inmediato sentí a la Policía del Fraude dando vueltas. Pero pude poner las cosas en perspectiva, dar un paso atrás y verlo todo con una luz diferente. Todo ese cambio no tomó mucho tiempo, lo cual fue extremadamente sorprendente. Hace unos años habría durado semanas o incluso meses. Esta vez duró horas.

No hay absolutamente nada de malo en caminar cuando sientes que tienes que caminar. No hay nada de malo en reducir tu ritmo cuando tu cuerpo enciende la luz de check engine. No hay nada de malo en no darle la menor importancia a tu posición general.

Hace años no podía ser más ignorante sobre las carreras de larga distancia. En unos meses cruzaré la meta del Maratón de Berlín. Mi tercer World Major. Y me estoy preparando como loco para eso. Lo curioso es que el entrenamiento físico se siente un tanto secundario en este momento. Extremadamente importante, sí, pero ahora mismo la mayor parte de mi entrenamiento es mental.

Claro, tengo un objetivo externo principal. (Es estúpido. A nadie le importa. No lo voy a decir). Pero no es tan importante como los objetivos internos. Supongo que tendré que compartir algunos de esos en algún momento.

Mi tercer World Major Marathon viene por ahí. Eso es una locura de 24 quilates.

Cuando te sientas a escribir, debes hacerlo para escribir, no para vender libros. Cuando te presentas al trabajo, debes hacerlo para hacer una contribución significativa, no para ascender o ganar bonificaciones. Cuando entrenas y compites, debes hacerlo para mejorar, dominar tu cuerpo, no para ganar premios o mejorar en los rankings. Cuando amas, ya sea a una pareja o un hijo, debes hacerlo para nutrir una relación especial entre tú y el objeto de tu afecto, no porque temes perderlos o porque quieres documentar tu relación en las redes sociales para que todos tus "amigos" lo vean. En otras palabras, tu pasión no debe venir de afuera. Debe venir de adentro.

—Brad Stulberg, Steve Magness

"The Passion Paradox: A Guide to Going All In, Finding Success, and Discovering the Benefits of an Unbalanced Life"

Uff, ahora voy de vuelta a la ducha. Tengo pedacitos de jabón seco por todas mis... piernas.

Estoy a 119 días de Berlín.

More to come.

- v.